"Es en el corazón dónde comienzan las guerras..."
Todos tenemos derecho a defendernos. Todos tenemos derecho a ser libres. Una garra que se defiende es un corazón inocente. Sólo impulsado por sus instintos de supervivencia. Mas una garra en guerra, es un corazón gris como las nubes antes de la tormentosa lluvia.
La lluvia es bendición, pero el trueno espanta.
Algunos pelean por su derecho histórico, otros por su derecho tradicional. Algunos pelean por defenderse pero otros simplemente atacan.
¿De quién es la tierra? La tierra es de quién la habita, no de quien la quiere.
Hay mejores maneras de conseguir lo que se busca. Muchos recomiendan el diálogo y las negociaciones antes que las garras de la guerra. Pero con palabras, conseguir la paz no es tan fácil. Y mientras algunos caen otros se levantan. Es un ciclo de nunca acabar. Tumbas un árbol pero miles de semillas más crecerán. Por eso la guerra tampoco es viable. Como dije: Es un ciclo de nunca acabar.
Los filisteos, Palestina, habitaban la región en un principio histórico. Dios prometió esa tierra, según Moisés, a los Judíos. Pero ellos la perdieron. Durante siglos tuvo nuevos dueños. Dueños ue vivieron allí en paz según la historia más reciente, después de la conquista Otomana. Entonces, porque llegar con fuerza de espada a reclamar una tierra que ya no te pertenece. Es como cuando eras dueño de una casa pero te expulsan hace muchos años. Luego ruegas porque te dejen entrar. Te acogen pero después de un tiempo quieres hacerte con la casa intentando expulsar y lastimar a los nuevos dueños, no a quien realmente te sacó de allí hace muchos años atrás.
No se ven soluciones inminentes y definitivas a corto plazo. Los acuerdos anteriores no se han respetado. La guerra y el intento de exterminio tampoco servirá pues como dije: Cuando un árbol cae en tierra fértil, miles de semillas más lo reemplazarán.
Al momento veo sólo una solución... La retirada del invasor y después la negociación.
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