Siempre se ha debatido este dilema: ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
La moraleja es que debemos preocuparnos siempre por el inicio, no por el resultado final. A veces nos preocupamos tanto por el resultado que descuidamos detalles importantes del inicio y del trayecto. Si hacemos esto, obviamente nuestros resultados pueden no ser satisfactorios.
Cuando estés indeciso o indecisa, procura distinguir cuál es el paso más importante, qué te da beneficios más estables e inmediatos, para así poder tener una base y continuar con tus proyectos o planes futuros. Una vez estable, no vas a tambalear. Estarás firme.
Como dice aquel viejo dicho: Empezar por el principio. Aveces perdemos el norte porque nos fijamos en las distracciones cardinales. El que mucha abarca, poco aprieta.
Recuerda: Forma un embrión... este producirá una gallina.
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