Un joven monje se estaba preparando para una misión. Estudió y se preparó mucho. Aún así tenía dudas. A lo que su maestro le respondió:
"Toma una piedra con tu mano diestra, concentrate y apunta directo a la luna. Asegúrate de lanzar la piedra con todas tus fuerzas. Si fallas, tal vez le des a una estrella".
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