Escuché esta frase en un guion atribuido a Gabriel Nesci, y no hay verdad más cierta. Si recorremos los caminos de la vida de una forma "feliz" ya no habría final feliz pues todo ya sería felicidad. Los finales felices solo deben existir en historias de tragedias donde no hay una trama de paz y alegría, donde solo hay incertidumbre, tinieblas, dudas, estrés y emociones nocivas. "...En la vida real todo continua al día siguiente". Las personas pensamos tanto en los finales felices, en las metas por cumplir, que olvidamos por completo del contenido de la vida; nos olvidamos de vivir a plenitud. Cambiamos la frase "Vive el presente..." por "Vivir para el mañana". No hay error más grave, el futuro suele ser un reflejo del presente, si vives tu presente de forma dichosa así será tu futuro, no debes trabajar para el futuro sino solo disfrutar el presente. Como cuando cosechas trigo: "siembras hoy para cosechar mañana" pero en realidad no estás trabajando hoy para recoger fruto mañana sino que estas haciendo las cosas bien hoy para ser feliz hoy... y mañana, claro. Suena extraño o contradictorio pero en realidad es una paradoja retórica. No confundas "sembrar hoy..." con trabajar para lograr metas materiales y socialmente correctas y tampoco confundas "... para cosechar mañana" con un "final feliz por que alcanzaste metas".
El hecho de querer alcanzar finales felices nos hace olvidar lo más importante: lo ocurre mientras llega ese "final", lo que vivimos mientras queremos alcanzar nuestra meta. Vemos personas en sus oficinas, en los atracones de tráfico, hasta altas horas de la noche estudiando y desde muy temprano saliendo a trabajar y te das cuenta que realmente no están viviendo la vida; la vida los está viviendo a ellos. Pero para qué? Porqué? Solo para alcanzar metas? Solo para por fin lograr lo que tanto han anhelado: una carrera prominente, una enorme casa, un carro soñado, una familia feliz? Debes saber que cuando llegas a una meta no es en realidad un final feliz, sino una continuación; la vida no se detiene, no es un libro concluso, la vida es un continuo "continuará". Entonces no te mortifiques.
Pensar que si logras algo serás feliz es tan tonto como pensar que si te comes un helado o un chocolate luego no querrás más, cuando algo te gusta siempre quieres más. Como en un partido de futbol, el que mete un gol quiere meter más. La felicidad no debe estar en lo que logras sino en ti. Así pues cuando alcanzas una posición empiezan las inconformidades luego de varios años y deseas subir de puesto. Qué pasó entonces con la felicidad que te había dado haber logrado esa meta pasada? era una felicidad efímera? era solo un capricho o un dictamen social que te obliga a ser alguien en la vida? Cuando consigues "el carro de tus sueños", este se deteriorará, habrán personas con autos mejores, posiblemente quieras cambiarlo después de un tiempo, posiblemente ya tengas en mira otro auto diferente más caro o más sencillo pero diferente. Alcanzas un grado universitario y quieres otro, quieres cursos, quieres abarrotarte de títulos; "quieres ser competitivo". Eso no está mal, pero nota algo, mira bien en el fondo de tu corazón, en realidad no se trata de competitividad, realmente no se trata de metas, sueños o finales felices, realmente se trata de una eterna inconformidad contigo mismo. Y para no usar el termino inconformidad yo diría insatisfacción personal (para que no pienses que digo que debes ser conformista) , el conformismo es más bien una actitud negativa y de auto-menosprecio mientras que la satisfacción personal es sentirse realizado como ser humano por ende con el termino insatisfacción personal quiero decir que no te sientes realizado ni contento contigo mismo y quieres demostrar lo contrario a los demás con logros, triunfos y metas. Los seres humanos estamos criados en una sociedad en la que nos dicen que si no somos "mejores que los demás" entonces no seremos nadie; no nos respetarán. Empiezan desde niño a mostrarte ejemplos de personas fracasadas y te dicen: "No termines como él", "no hagas lo que él hizo", "serás un perdedor".
Todo esto lleva un doble discurso moral. Porque estás frases que te marcan para que seas alguien en la vida te confunden y te chocan con las de humildad y respeto que también pretenden, de una manera muy contradictoria, inculcarte. Por ejemplo tenemos frases como: "Lo importante no es ganar sino competir", "La humildad es la antecámara de todas las perfecciones", "La humildad te hace grande", "La verdadera humildad consiste en estar satisfecho", "respeta para que te respeten". Que clase de persona te dice que antes de respetar debes sentirse respetado? Eso no es respeto sino hipocresía. El verdadero respeto es un sentir real, no una conducta fingida. La humildad, la aceptación y el respeto deben nacer de las más profundas entrañas del corazón, no de la actuación y el contrato de emociones y sentimientos. "Si sientes esto por mi pues yo lo sentiré por ti, de lo contrario no", todo esto es súper estúpido!, imposible de que sea real, los sentimientos y las emociones no se controlan así de sencillo, en ese caso serían una actuación. Uno puede lograr manejar sus emociones y sentimientos con distintas técnicas de meditación y autocontrol, puedes entrenar tu cerebro para que las heridas del día a día no te perforen tan fuertemente las fibras que componen tu ser pero de allí a decir que sientes respeto por alguien hoy y mañana porque el te dice que no te aprecia de igual manera ese sentir tuyo te abandona pues, lo que sentías no era respeto sino una ilusión del momento, una admiración fácil de derrumbar.
Que clase de persona predica respeto y luego dice: "no seas como ese fracasado". La culpa no es de quienes "nos educaron", sino que la culpa radica más bien en la genética de la sociedad, como yo le llamo. Propongo este término porque para mi la sociedad actúa como un organismo vivo. Ya nació, esta creciendo, se alimenta de nosotros, nos vomita, se está reproduciendo y convirtiendo en diversos sistemas sociales y esperemos que algún día muera; por lo menos tal cual la conocemos actualmente. La sociedad te dice que tienes que ser competitivo pero que lo importante no es ganar. y digo yo: Si no quieres ganar entonces ¿para qué compites? Si no quieres ganar en tu participación entonces no es competencia sino un convivio, un compartir y no creo que nadie competitivo quiera compartir su trabajo o sus títulos; aunque sería lo ideal en un mundo utópico sin embargo te das cuenta que necesitas ganar para alcanzar tus metas; debes ser el mejor. Piensa, si no quieres ser el mejor entonces por que no te conformas con tu primera meta? la cual era haber salido de la escuela. Pues obviamente porque faltan por alcanzar más metas: Estudios, mayoría de edad, trabajos, bienes inmobiliarios, posesiones materiales. Y una vez tengas cada una de ellas te nacerá el deseo de tener más o mejores cosas; eso es seguro. A veces por insatisfacción personal o a veces por presión de tu pareja, amigos, envidia, celos, etc. Que clase de persona dice que hay que ser humilde pero no debes vivir igual que los demás sino mejor. Porqué no te quedaste en el mismo barrio? porqué no sigues agarrando el autobús? porqué no te conformas con una licenciatura? sencillo: PORQUE NO ERES HUMILDE, NI QUIERES SERLO! No eres feliz contigo mismo.
Nuestra falta de sencillez, nuestra falta de humildad, nuestra falta de respeto y aceptación nos hacen querer ser más que los demás y lo que somos al momento. Nuestra insatisfacción personal para con nosotros mismos (valga la licencia de redundancia para enfatizar) no nos hace tener una meta realmente sino objetivos a corto, mediano y largo plazo solo que no lo reconocemos a simple vista. Si realmente fuera una meta todo acabaría cuando llegas a ella como en una carrera maratónica. Pero creemos que seremos felices cuando alcancemos una meta o lleguemos a un final feliz como en los libros y en las novelas; recapacita algo: SI NO ERES FELIZ AHORA, NO LO SERÁS MAÑANA! al menos claro está, que cambies tu manera de ver y disfrutar la vida radicalmente ya! SI NO ERES FELIZ CON LO QUE TIENES TAMPOCO SERÁS FELIZ CON LO QUE TENDRÁS, así de simple. Prepárate para una vida llena de inconformidades y estrés debido a que no te aceptas a ti mismo, debido a que no aceptas a los demás y debido a que tratas de conseguir cosas materiales por encima de tu satisfacción y realización personal. Hay personas que realmente hacen lo que aman, no importa cuanto ganen en dinero, eso es de admirar!. A esas personas se le siente un aura, una paz, una felicidad interior incomparable. Pueden cometer errores igual que todos nosotros y hacer y tener los mismos deseos humanos y necesidades físicas que todos nosotros pero se les siente una bondad superior a la nuestra; SON ILUMINADOS! Brillan a la distancia, lo notas.
Todo continua al día siguiente! no te propongas metas que te roben tu felicidad, que te destruyan la vida, no construyas futuros frágiles sobre nubes de aspiraciones pasajeras; VIVE! eso es todo lo que tienes que hacer, no hay apuros, de echo está comprobado que tienes más expectativas de vida a menor cantidad de estrés en tu rutina diaria, que fea palabra: rutina. Cambiémosla por "quehaceres cotidianos". No hay final feliz; no existe! todos los días deberían ser felices y no solo el tan anhelado final que por cierto en la vida real nunca llega, al menos no en relación a nuestras metas y deseos banales. Solo ves a un hombre competitivo que deja de buscar metas y logros cuando ya su cuerpo no pide más, cuando su salud le pasa factura, cuando la mente empieza a traicionarle. Solo allí se da cuenta del verdadero valor de lo que dejó pasar ante sus ojos cegados por las expectativas de la sociedad. La vida continuará con o sin ti. Se apagarán las luces de este universo y otro nuevo renacerá.
Siempre habrán dificultades y trabas en el camino pero disfrútalo, aprovéchalo, saca partido de ello. Cuando digo que todo los días deberían ser felices es que no mires la vida como un sacrificio, no hay porque hacerlo, nadie te obliga a hacerlo. Las personas que te incitan a sacrificarte en vano ya tienen su propia vida. Como una vez leí: "Nadie morirá por mi, así que no dejaré que nadie viva por mi".
Debemos empezar a darle valor a las cosas que realmente más lo merecen: nuestros hijos, nuestra familia, nuestros amigos verdaderos no aquellos que se acercan por intereses o con fines laborales o económicos; nuestra mascota que a veces tanto abandonamos, nuestros pasatiempos deberían ser parte de nuestra forma de vida normal y no solo un método de escape para el estrés. Obviamente nada es fácil al principio pero debemos hacerlo por nuestra salud mental, física y espiritual.